Bilbao, 1916 - Madrid, 1979) Poeta español. Su obra, que parte de la angustia metafísica para desembocar en lo social y testimonial, es una de las más importantes de la lírica de posguerra, y un ejemplo del llamado "exilio interior" que caracterizó a buena parte de la resistencia contra el franquismo ejercida desde la propia España.
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EN EL PRINCIPIO
Si he perdido la vida,
el tiempo, todo lo que tiré,
como un anillo, al agua,
si he perdido la voz en la maleza,
me queda la palabra.
Si he sufrido la sed, el hambre, todo
Si he sufrido la sed, el hambre, todo
lo que era mío y resultó ser nada,
si he segado las sombras en silencio,
me queda la palabra.
Si abrí los labios para ver el rostro
Si abrí los labios para ver el rostro
puro y terrible de mi patria,
si abrí los labios hasta desgarrármelos,
me queda la palabra.
2 comentarios:
Hola Noray:
Es hermoso este poema. Aunque yo sueño con que la palabra no sea al final mi tabla de salvación, aunque siempre la tengo como puerta de energencia. Un abrazo:
Tadeo
La palabra
es el mar,
la palabra
es el aire,
la palabra
es el fuego,
la palabra
es la tierra.
Sin ella,
entre tanta desgracia,
tanta injusticia,
tanta simpleza,
tanta mediocridad,
tanta maleza,
no sería nadie.
Un abrazo
PS: La palabra no es un madero de salvación, es la barca a la deriva.
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